La cantante Taylor Swift publicó recientemente su nuevo disco, The life of a Showgirl, en el que se incluyen doce canciones, entre las que está Opalite, una canción dedicada a su novio, Travis Kelce, pues el ópalo es su piedra de nacimiento, y algunos versos aluden a las experiencias amorosas de ambos antes de estar juntos.
Ha sido ese tema el que ha despertado controversia, pues no han sido pocos los aficionados a la música que han visto similitudes entre Opalite y una canción antigua de Luis Miguel, llamada 1+1=2 enamorados, de 1982.
Quienes ven similitudes se basan en que «el sonido es similar», además de ver parecidos en la melodía, el tono y la temática de la canción, que habla de relaciones y amor.
En cualquier caso, los criterios para determinar si una canción es un plagio o no es bastante laxo, aunque hay algunas pautas que reconocen la mayoría de las legislaciones.
En primer lugar, suele considerarse si el autor que supuestamente ha plagiado tuvo acceso a la obra original, por ejemplo, porque esta sea conocida o ya esté publicada. Además, debe haber una similitud sustancial en elementos protegibles, como melodía, letra o estructura. También puede considerarse plagio si lo copiado pertenece a la parte original de la obra, como partes de la letra, el acompañamiento armónico o el arreglo rítmico. Por último, se suele exigir que la coincidencia no pueda explicarse por casualidad o coincidencia estilística.
Desde que la música pop se popularizara en torno a 1950 las melodías, acordes y estructuras utilizadas han variado, pero siempre en torno a un estilo cerrado, por lo que es habitual que algunos sonidos se parezcan a otros, sin que estos supongan un plagio.
Acusan a Taylor Swift de plagiar una canción de Luis Miguel por las similitudes de ‘Opalite’ con ‘1+1=2 enamorados’

La canción de Taylor Swift tiene similitudes con la de Luis Miguel, según algunos aficionados a la música.
La cantante Taylor Swift publicó recientemente su nuevo disco, The life of a Showgirl, en el que se incluyen doce canciones, entre las que está Opalite, una canción dedicada a su novio, Travis Kelce, pues el ópalo es su piedra de nacimiento, y algunos versos aluden a las experiencias amorosas de ambos antes de estar juntos.
Ha sido ese tema el que ha despertado controversia, pues no han sido pocos los aficionados a la música que han visto similitudes entre Opalite y una canción antigua de Luis Miguel, llamada 1+1=2 enamorados, de 1982.
Quienes ven similitudes se basan en que «el sonido es similar», además de ver parecidos en la melodía, el tono y la temática de la canción, que habla de relaciones y amor.
En cualquier caso, los criterios para determinar si una canción es un plagio o no es bastante laxo, aunque hay algunas pautas que reconocen la mayoría de las legislaciones.
En primer lugar, suele considerarse si el autor que supuestamente ha plagiado tuvo acceso a la obra original, por ejemplo, porque esta sea conocida o ya esté publicada. Además, debe haber una similitud sustancial en elementos protegibles, como melodía, letra o estructura. También puede considerarse plagio si lo copiado pertenece a la parte original de la obra, como partes de la letra, el acompañamiento armónico o el arreglo rítmico. Por último, se suele exigir que la coincidencia no pueda explicarse por casualidad o coincidencia estilística.
Desde que la música pop se popularizara en torno a 1950 las melodías, acordes y estructuras utilizadas han variado, pero siempre en torno a un estilo cerrado, por lo que es habitual que algunos sonidos se parezcan a otros, sin que estos supongan un plagio.
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