Mientras el mundo flipa con Rosalía, España se enfada con Bb Trickz: la centenial catalana lo ha vuelto a hacer.
El pasado 13 de octubre, la voz corrosiva de la polémica volvía a adueñarse de las redes sociales, los medios especializados y los reaccionadores musicales; Belize Nicolau, artista dosmilera e hispanocanadiense más conocida como Bb Trickz, calentaba a la audiencia con su participación en las Gallery Session.
Por este exitoso formato nativo de Youtube, que consiste en mostrar un par de temas en un escaparate de coordenadas minimalistas, han pasado ya artistas como Duki, Yung Beef o Rigoberta Bandini, y la hispanicanadiense no iba a quedarse atrás, así que allí se plantó, con un par de músicos profesionales y un vestido blanco, para cantar al ritmo de una muy bien ejecutada bossa nova lo que parecía ser una letra de dembow: “yo quero singá-gá-gá, yo quero singá”, canta la joven artista durante el minuto y medio que dura la intervención mientras tras ella, en un no tan discreto segundo plano, los músicos ejecutan con maestría su oficio.
La canción, claro, fue recibida con sorna, cachondeo, odio y bilis en las redes sociales; los puristas de la música urbana no tardaron en espumarajear por la boca y las cuentas de memes, quizá los programas de zapping de nuestro tiempo, hicieron su agosto con todo tipo de agudos montajes con la actuación de la catalana. Otra vez, Bb Trickz había logrado lo propuesto.
A sus veinticinco años, la artista se ha convertido en una de las figuras más controvertidas y exitosas de la escena nacional, y lo segundo no puede entenderse sin lo primero, pero tampoco al revés: su éxito depende de su controversia, sí, pero tampoco habría alcanzado tales cotas de controversia si no hubiera acariciado tantos logros.
Desde sus inicios en la música, cuando pegó en 2023 el single de Missionsuicida, ha sabido rebañar cada polémica para usarla de trampolín y proyectarse cada día un poco más cerca del estrellato; ella no es pionera en esto, artistas como C. Tangana ya entendieron que la fórmula fácil del éxito es el marketing viral polémico, sin embargo, sí ha sido de las más rápidas en beneficiarse de ella.
Nada más empezar su carrera, consiguió darle la vuelta a todas las acusaciones que la tachaban de pija e intrusa en el género urbano para usarlas a su favor; reivindicó su imagen de malcriada, de chica consentida que no se ha curtido precisamente en la calle, y con ello consiguió un logro del que muy pocos raperos pueden presumir: diferenciarse. Si el resto del género está lleno de ratas callejeras, ella es la chica bien. El mismísimo Yung Beef, por ejemplo, cayó en su provocación y le dedicó una canción cuando apenas era una artista asentada en la industria.
La polémica le salió a pedir de boca y no tardó en aparecer en entrevistas y programas de televisión con su ya famoso fajo; se convirtió en una especie de icono postparódico de la ostentación tradicional del rap y llevó el egotrip al siguiente nivel. Sin embargo, su enamoramiento con la polémica también le hizo pasarse de frenada.
En su entrevista de mayo de 2024 con David Broncano, cuando el programa se emitía en Movistar y aún se llamaba La Resistencia, la artista, fajo de perras en mano, aseguró que la habían expulsado de su discográfica, la filial española de Sony, y que por ello había perdido un millón de euros de adelanto.
Aquello no sentó nada bien al sello multinacional, por lo que después de esta intervención y otra más, en el canal de Nil Ojeda, donde aseguraba que le debía dos millones de euros, la artista se vio obligada publicar un vídeo aclarando que su afirmación no había sido del todo exacta y lo que debía eran streams; de hecho, el vídeo era representativo más que por las palabras de la cantante por lo que en él se veía, pues era en las propias oficinas de Sony donde lo había grabado, lo que quería decir que las relaciones entre la catalana y la discográfica no podían ser tan malas como la primera aseguraba.
La polémica con Sony Music se le atravesó a Bbtrick, sin embargo, no fue la única que le hizo mella en 2024, pues en noviembre de ese año estuvo a punto de convertir a Bad Gyal en su némesis.
Durante una gala en Nueva York, y según sabemos por un par de vídeos filtrados, las dos catalanas tuvieron una discusión muy poco ligera. Unos meses antes, Bb Trickz, siguiendo su habitual estela polémica, había grabado un vídeo asegurando que Bad Gyal bailaba mal, afirmación que la autora de La Joia no aceptó con fino humor y que le reprochó a la centenial encarándose con ella en la cita de la Gran Manzana.
“Dime a la cara lo que me dices en las canciones, tía […]. Eres una cagada”, le dijo Bad Gyal a Bbtrickz en un vídeo que corrió como la pólvora por TikTok. Aquella jugada, con un enfrentamiento tan directo, no debió gustarle especialmente a Belize; la base de fans de Bad Gyal es una de las más establecidas de toda España y meterse en una pelea tan directa con ella no es una estrategia aconsejada por ninguna consultora de comunicación. De hecho, Bb Trickz no ha vuelto a referirse a este incidente y ha decidido correr un tupido velo con la otra catalana, como si nada hubiera pasado.
Como el terreno musical se queda pequeño para todo lo que le gusta la polémica, la artista ha decidido jugar también con las cartas políticas. Ella, o su equipo, sabe que hay un gran debate cultural respecto al denominado pendulazo, un supuesto cambio en el sentido común de los jóvenes que habría empujado a los chavales a virar desde las tendencias progresistas a posiciones mucho más conservadoras, y han decidido usarlo a su favor.
En una entrevista con Grimmey TV, la artista aseguró que podría aprender de Adolf Hitler, mientras que en otro podcast – esta vez, el de Nude Project –, dijo que una de sus grandes inspiraciones era Donald Trump. Aquella extraña reivindicación reaccionaria no fue un palo al aire hueco, sino que lo conectó a su carrera cuando se vistió de tradwife – mujer tradicional, un fenómeno ultraderechista estadounidense que consiste en reivindicar el papel casero y subyugado de las mujeres – para promocionar Lechita, su último EP. La jugada ha funcionado y, pese a las críticas, la repercusión ha sido bárbara.
La artista, al igual que han hecho otros muchos raperos desde que se inventaran los beefs, ha exprimido cada pequeña confrontación para usar su eco mediático como trampolín, y así se ha visto también en el verano de 2025 en su enfrentamiento con Métrika.
Durante un concierto de esta última en el festival Riverland, Bb Trickz se subió al escenario a interrumpir su show para enfrentarse a ella junto a varios guardias de seguridad. Al parecer, Métrika había iniciado dicha pelea en otro festival, el Inferno Fest, al decir que Bbtrickz no se había presentado por miedo a que le robaran su fajo, declaración que la catalana había estirado hasta ese culmen. Según declaró en redes sociales L0rna, artista que también actuó en el Riverland, Bb Trickz se presentó con varios matones que amenazaron con armas de fuego al cuerpo de baile de Métrika.
Bb Trickz y su equipo de marketing son tremendamente hábiles, y sus números así lo confirman; la artista ha actuado en el Coachella, ha colaborado con Charli XCX y cuenta casi tres millones de oyentes mensuales en Spotify. Sin embargo, no todo en la carrera de una artista puede ser polémica.
La relevancia de la catalana no es constante y no está sujeta a su música, sino que depende de la fluctuación de sus polémicas y declaraciones públicas; de hecho, la artista ha llegado a contar con nueve millones de oyentes mensuales solo en Spotify, lo que quiere decir que no se encuentra en su mejor momento en lo que a números se refiere.
C. Tangana comprendió el poder del marketing viral, sin embargo, también entendió que necesitaba una propuesta musical solvente si quería mantener su estatus. Habrá que esperar para ver si Bb Trickz llega a la misma conclusión.
La artista catalana se ha convertido en el máximo exponente del marketing viral polémico, una estrategia que le da resultados, pero también se le atraganta demasiadas veces
Mientras el mundo flipa con Rosalía, España se enfada con Bb Trickz: la centenial catalana lo ha vuelto a hacer.
El pasado 13 de octubre, la voz corrosiva de la polémica volvía a adueñarse de las redes sociales, los medios especializados y los reaccionadores musicales; Belize Nicolau, artista dosmilera e hispanocanadiense más conocida como Bb Trickz, calentaba a la audiencia con su participación en las Gallery Session.
Por este exitoso formato nativo de Youtube, que consiste en mostrar un par de temas en un escaparate de coordenadas minimalistas, han pasado ya artistas como Duki, Yung Beef o Rigoberta Bandini, y la hispanicanadiense no iba a quedarse atrás, así que allí se plantó, con un par de músicos profesionales y un vestido blanco, para cantar al ritmo de una muy bien ejecutada bossa nova lo que parecía ser una letra de dembow: “yo quero singá-gá-gá, yo quero singá”, canta la joven artista durante el minuto y medio que dura la intervención mientras tras ella, en un no tan discreto segundo plano, los músicos ejecutan con maestría su oficio.
La canción, claro, fue recibida con sorna, cachondeo, odio y bilis en las redes sociales; los puristas de la música urbana no tardaron en espumarajear por la boca y las cuentas de memes, quizá los programas de zapping de nuestro tiempo, hicieron su agosto con todo tipo de agudos montajes con la actuación de la catalana. Otra vez, Bb Trickz había logrado lo propuesto.
A sus veinticinco años, la artista se ha convertido en una de las figuras más controvertidas y exitosas de la escena nacional, y lo segundo no puede entenderse sin lo primero, pero tampoco al revés: su éxito depende de su controversia, sí, pero tampoco habría alcanzado tales cotas de controversia si no hubiera acariciado tantos logros.
Desde sus inicios en la música, cuando pegó en 2023 el single de Missionsuicida, ha sabido rebañar cada polémica para usarla de trampolín y proyectarse cada día un poco más cerca del estrellato; ella no es pionera en esto, artistas como C. Tangana ya entendieron que la fórmula fácil del éxito es el marketing viral polémico, sin embargo, sí ha sido de las más rápidas en beneficiarse de ella.
Nada más empezar su carrera, consiguió darle la vuelta a todas las acusaciones que la tachaban de pija e intrusa en el género urbano para usarlas a su favor; reivindicó su imagen de malcriada, de chica consentida que no se ha curtido precisamente en la calle, y con ello consiguió un logro del que muy pocos raperos pueden presumir: diferenciarse. Si el resto del género está lleno de ratas callejeras, ella es la chica bien. El mismísimo Yung Beef, por ejemplo, cayó en su provocación y le dedicó una canción cuando apenas era una artista asentada en la industria.
La polémica le salió a pedir de boca y no tardó en aparecer en entrevistas y programas de televisión con su ya famoso fajo; se convirtió en una especie de icono postparódico de la ostentación tradicional del rap y llevó el egotrip al siguiente nivel. Sin embargo, su enamoramiento con la polémica también le hizo pasarse de frenada.
En su entrevista de mayo de 2024 con David Broncano, cuando el programa se emitía en Movistar y aún se llamaba La Resistencia, la artista, fajo de perras en mano, aseguró que la habían expulsado de su discográfica, la filial española de Sony, y que por ello había perdido un millón de euros de adelanto.
Aquello no sentó nada bien al sello multinacional, por lo que después de esta intervención y otra más, en el canal de Nil Ojeda, donde aseguraba que le debía dos millones de euros, la artista se vio obligada publicar un vídeo aclarando que su afirmación no había sido del todo exacta y lo que debía eran streams; de hecho, el vídeo era representativo más que por las palabras de la cantante por lo que en él se veía, pues era en las propias oficinas de Sony donde lo había grabado, lo que quería decir que las relaciones entre la catalana y la discográfica no podían ser tan malas como la primera aseguraba.
La polémica con Sony Music se le atravesó a Bbtrick, sin embargo, no fue la única que le hizo mella en 2024, pues en noviembre de ese año estuvo a punto de convertir a Bad Gyal en su némesis.
Durante una gala en Nueva York, y según sabemos por un par de vídeos filtrados, las dos catalanas tuvieron una discusión muy poco ligera. Unos meses antes, Bb Trickz, siguiendo su habitual estela polémica, había grabado un vídeo asegurando que Bad Gyal bailaba mal, afirmación que la autora de La Joia no aceptó con fino humor y que le reprochó a la centenial encarándose con ella en la cita de la Gran Manzana.
“Dime a la cara lo que me dices en las canciones, tía […]. Eres una cagada”, le dijo Bad Gyal a Bbtrickz en un vídeo que corrió como la pólvora por TikTok. Aquella jugada, con un enfrentamiento tan directo, no debió gustarle especialmente a Belize; la base de fans de Bad Gyal es una de las más establecidas de toda España y meterse en una pelea tan directa con ella no es una estrategia aconsejada por ninguna consultora de comunicación. De hecho, Bb Trickz no ha vuelto a referirse a este incidente y ha decidido correr un tupido velo con la otra catalana, como si nada hubiera pasado.
Como el terreno musical se queda pequeño para todo lo que le gusta la polémica, la artista ha decidido jugar también con las cartas políticas. Ella, o su equipo, sabe que hay un gran debate cultural respecto al denominado pendulazo, un supuesto cambio en el sentido común de los jóvenes que habría empujado a los chavales a virar desde las tendencias progresistas a posiciones mucho más conservadoras, y han decidido usarlo a su favor.
En una entrevista con Grimmey TV, la artista aseguró que podría aprender de Adolf Hitler, mientras que en otro podcast – esta vez, el de Nude Project –, dijo que una de sus grandes inspiraciones era Donald Trump. Aquella extraña reivindicación reaccionaria no fue un palo al aire hueco, sino que lo conectó a su carrera cuando se vistió de tradwife – mujer tradicional, un fenómeno ultraderechista estadounidense que consiste en reivindicar el papel casero y subyugado de las mujeres – para promocionar Lechita, su último EP. La jugada ha funcionado y, pese a las críticas, la repercusión ha sido bárbara.
La artista, al igual que han hecho otros muchos raperos desde que se inventaran los beefs, ha exprimido cada pequeña confrontación para usar su eco mediático como trampolín, y así se ha visto también en el verano de 2025 en su enfrentamiento con Métrika.
Durante un concierto de esta última en el festival Riverland, Bb Trickz se subió al escenario a interrumpir su show para enfrentarse a ella junto a varios guardias de seguridad. Al parecer, Métrika había iniciado dicha pelea en otro festival, el Inferno Fest, al decir que Bbtrickz no se había presentado por miedo a que le robaran su fajo, declaración que la catalana había estirado hasta ese culmen. Según declaró en redes sociales L0rna, artista que también actuó en el Riverland, Bb Trickz se presentó con varios matones que amenazaron con armas de fuego al cuerpo de baile de Métrika.
Bb Trickz y su equipo de marketing son tremendamente hábiles, y sus números así lo confirman; la artista ha actuado en el Coachella, ha colaborado con Charli XCX y cuenta casi tres millones de oyentes mensuales en Spotify. Sin embargo, no todo en la carrera de una artista puede ser polémica.
La relevancia de la catalana no es constante y no está sujeta a su música, sino que depende de la fluctuación de sus polémicas y declaraciones públicas; de hecho, la artista ha llegado a contar con nueve millones de oyentes mensuales solo en Spotify, lo que quiere decir que no se encuentra en su mejor momento en lo que a números se refiere.
C. Tangana comprendió el poder del marketing viral, sin embargo, también entendió que necesitaba una propuesta musical solvente si quería mantener su estatus. Habrá que esperar para ver si Bb Trickz llega a la misma conclusión.
20MINUTOS.ES – Cultura
