Mahía habló en Salto sobre inteligencia artificial, educación y cultura. Dijo que Uruguay debe adaptarse al siglo XXI sin dogmas y fortalecer el interior.
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El artículo José Carlos Mahía: “El desafío es adaptarnos al siglo XXI sin dogmas” ha aparecido primero en EL PUEBLO. Mahía habló en Salto sobre inteligencia artificial, educación y cultura. Dijo que Uruguay debe adaptarse al siglo XXI sin dogmas y fortalecer el interior.
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El artículo José Carlos Mahía: “El desafío es adaptarnos al siglo XXI sin dogmas” ha aparecido primero en EL PUEBLO.

En su visita a la ciudad de Salto, el ministro de Educación y Cultura, José Carlos Mahía, dialogó con El Pueblo sobre los desafíos del país frente a la inteligencia artificial, el papel del MEC en el desarrollo cultural del interior y la necesidad de articular esfuerzos entre instituciones públicas.
Consultado sobre el impacto de la tecnología en la educación y la cultura, Mahía afirmó que “el debate sobre la inteligencia artificial ya está instalado en el mundo, y el desafío es cómo enfrentarlo”. Aseguró que el Uruguay cuenta con una base sólida gracias a políticas sostenidas, como el Plan Ceibal, que “comenzó en el gobierno de Tabaré Vázquez, se mantuvo con el de Lacalle Pou, y hoy continúa fortaleciéndose con la instalación de un laboratorio regional vinculado a la inteligencia artificial”.
El ministro subrayó que el país tiene “buenas posibilidades” si logra mantenerse “ayornado a los cambios”, destacando la necesidad de adaptar la educación a los nuevos tiempos sin perder de vista las identidades locales.
Uno de los temas abordados fue la instalación del Centro Conecta Salto, un espacio que busca descentralizar la acción estatal y promover la innovación y la cultura en el interior. Mahía explicó que el MEC acompañará este proyecto con la creación de “Espacios MEC”, que funcionarán como puntos de encuentro para la formación, la cultura y la educación.
“El objetivo es que estos espacios sean herederos de lo que fueron los Centros MEC, que en su momento acercaron el Estado a la gente. Hoy queremos retomar esa cercanía, especialmente con los artistas y las comunidades del interior que quedaron sin oportunidades con la retirada del Estado en los territorios”, expresó.
Añadió que el proyecto contará con presupuesto propio a partir del próximo ejercicio, lo que permitirá su consolidación: “Tenemos que rediseñar, aplicar y garantizar que la cultura no sea un privilegio de Montevideo”.
Mahía destacó la importancia de que el Ministerio trabaje en conjunto con organismos como el LATU, la ANDE o INEFOP, en lo que llamó “la transversalidad de las políticas públicas”.
“El Uruguay tiene una historia de esfuerzos aislados. Cada parte del Estado avanzaba por su lado y los recursos no se potenciaban. Tenemos que lograr la confluencia de esfuerzos, apuntar todos al mismo lugar”, sostuvo.
Consultado sobre los grandes desafíos culturales, Mahía señaló que uno de los retos más importantes del país es “preservar la identidad local en un mundo globalizado”.
“Hoy un estudiante puede dialogar en tiempo real con alguien en otro continente. Vivimos una realidad más veloz y efímera. Por eso es fundamental mantener nuestras identidades, desde lo local hasta lo nacional”, afirmó.
El ministro también mencionó los cambios geopolíticos que afectan al Uruguay, destacando que “ya no es posible pensar el país como una aldea aislada del mundo”. En ese sentido, advirtió sobre la necesidad de “prepararse para un entorno regional y global en constante transformación”.
En relación con los recientes anuncios de la ANEP sobre cambios curriculares en escuelas y liceos, Mahía consideró que el rumbo es “correcto”, aunque hizo hincapié en la necesidad de flexibilidad.
“Me parece muy bien que se combinen enfoques basados en contenidos y competencias. No hay que ser dogmáticos. El mundo de hoy exige flexibilidad, no recetas únicas”, dijo.
Criticó, sin embargo, la falta de involucramiento docente en los procesos anteriores: “La reforma educativa pasada no logró comprometer a los actores educativos. Si los docentes no se sienten parte del cambio, la implementación no da resultados”.

Sobre el rol del interior del país, el ministro —docente de Historia— destacó la necesidad de revertir el centralismo. “Hace cien años que el país se cae demográficamente hacia el sur. Si queremos un desarrollo nacional de verdad, hay que fortalecer al interior”, expresó.
En esa línea, señaló que el MEC está reforzando los fondos regionales de cultura, con recursos específicamente destinados a proyectos del interior. “Queremos que nazcan allí nuevas expresiones artísticas, en teatro, cine, artes visuales. No se trata de replicar lo que hay en Montevideo, sino de generar oportunidades propias”, explicó.
Mahía también reflexionó sobre el papel de la Universidad de la República y el sistema terciario en general. Afirmó que el país debe superar lo que denominó “la cultura del paper”, es decir, la producción académica desvinculada de la realidad productiva.
“Necesitamos que la educación superior esté conectada con el desarrollo del país y con el mundo del trabajo. La inversión pública en conocimiento tiene que traducirse en innovación y productividad”, afirmó, al tiempo que convocó al sector privado a involucrarse más activamente en ese proceso.
El ministro consideró que la cooperación entre el MEC y las intendencias es “imprescindible”.
“Las intendencias están todo el año en el territorio. No podemos pensar políticas culturales o educativas sin esa articulación. Somos un país pequeño, seis horas nos separan de punta a punta. Tenemos que lograr que la plata rinda más en política efectiva”, dijo.
Finalmente, al ser consultado sobre el Bicentenario y el papel de la educación y la cultura en el Uruguay de las próximas décadas, Mahía propuso mirar la historia como un proceso continuo.
“Me gusta pensar que el Frente Amplio es el batllismo del siglo XXI”, afirmó, explicando que ambas corrientes comparten la visión de un Estado activo en el desarrollo nacional. “Así como el batllismo marcó el siglo XX, el Frente Amplio tiene que asumir el desafío de marcar el XXI, impulsando políticas que fortalezcan a las clases medias y a los trabajadores”.
Mahía concluyó destacando que el desafío del país es “pensar más allá del corto plazo, con una mirada estructural y un compromiso con el futuro”.
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