No lo había dicho nadie hasta este jueves, pero uno de los protagonistas se decidió a confesar algo que se intuía en los foros literarios, y que ha abierto heridas en el corazón de la lengua española: la enemistad entre el director del Instituto Cervantes y el de la Real Academia de la Lengua.
El director delCervantes, el escritor Luis García Montero, dijo el pasado jueves durante un desayuno del Nuevo Foro de la Comunicación a preguntas del periodista Xabier Fortes, que mantiene una «distancia» con el de la RAE, Santiago Muñoz Machado. Una señal palpable de que los dos salvaguardas del español que hablan 500 millones de individuos están, efectivamente, enfrentados de manera personal.
Recopilemos la polémica: se refería García Montero, amigo, según Fortes, de «meterse en charcos», a que no le parece bien que la presidencia de la RAE no esté en manos de un filólogo, sino de un catedrático en Derecho Administrativo, Muñoz Machado, «experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias», afirmó.
La RAE emitió un comunicado para mostrar su perplejidad por estas palabras (y otras) que rechaza sin paliativos y dice estar ofendida por dudar de la capacidad de Muñoz Machado, historiador además de jurista, elegido democráticamente por los miembros de la Real Academia.
El Cervantes se creó en 1991 para promover la enseñanza del español y difundir la cultura española en el exterior. También lo hace con las lenguas cooficiales en los territorios donde convive con el español: catalán, gallego, euskera. La RAE es una institución de tres siglos, fundada en 1713, y se ocupa del buen uso de la lengua española y para que mantenga la unidad dentro de su diversidad
Se podría decir, puestos a calificar a los contendientes de esta batalla dialéctica que García Montero (granadino, 66 años, viudo de la escritora Almudena Grandes), poeta por encima de todas las cosas, es la parte emocional. Y Muñoz Machado (cordobés, 76), la racional. El primero representa la parte más ‘política’ de la cultura -nunca ha ocultado su ideología comunista- y el segundo, la más ‘técnica’, por decirlo con adjetivos generalistas y sin ánimo de polemizar.
Quienes tienen en sus apellidos ‘linaje’ de los maestros que les han alimentado intelectualmente, García (como Lorca) y Machado (como el gran escritor sevillano) coinciden en que son dos vigilantes del idioma castellano, esa es la misión que se les encomendó.
Montero aterrizó en el Cervantes en 2018, por nombramiento del Consejo de Ministros. Muñoz Machado fue elegido el mismo año que Montero y reelegido (2022) después por los 44 miembros de la RAE académicos de número, es decir, con derecho a voto. Cuando sustituyó a Darío Villanueva, su antecesor, debió hacer frente a los aprietos económicos y al informe sobre lenguaje inclusivo en la Constitución, tarea por la que Machado no siente especial predilección.
Un lenguaje del que, sin embargo, García Montero es partidario si tiene «que ver con el sentido común. «No me gustan palabras como nosotres o humanes. Me gusta hablar de hombres y mujeres, de ciudadanos y ciudadanas, no de ciudadanes«, ha dicho tratando de buscar el equilibrio.
El alcance de este enfrentamiento entre los dos mandatarios de la lengua es que ambos forman parte del cortejo que esta semana próxima celebrará en Arequipa (Perú) el X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), con homenaje incluido a Vargas Llosa, nacido en esta bella localidad y fallecido en abril pasado.
La comitiva la encabeza el rey Felipe VI, que es probable, deba recurrir a su papel de moderador tranquilo entre dos muros institucionales. No estará la presidenta del Perú, Dina Boluarte destituida este viernes de forma exprés. La duda es si asistirá el presidente interino de Perú, José Jerí Oré.
Cuentan las crónicas que Muñoz Machado y García Montero ya tuvieron sus primeras discrepancias en el CILE de Córdoba (Argentina), en 2019. Estos congresos se celebran cada tres años en un país de habla hispana para revisar el estado del idioma español y plantear nuevos retos.
En 2023, el Congreso tuvo lugar en Cádiz. El último día del mismo, Muñoz Machado y García Montero reunieron a los periodistas por separado para contarles sus conclusiones y… desencuentros. El responsable de la RAE reconoció «momentos de tensión» que se habían ido resolviendo en el desarrollo del congreso.
Vista la secuencia histórica, el de Perú se presenta no solo como un nuevo foro apasionante sobre un tema universal, sino también como el escenario donde se verá el trasfondo de esta ‘antipatía’ mutua que parecen tenerse los protagonistas de la polémica de la semana.
La RAE en el comunicado que envío mostraba su deseo de que las cosas vuelvan a su cauce, «como siempre ha sido». Queda esperar que la sangre no llegue al río de la confrontación y que el español sea, una vez más, el arma de la unidad.
Los directores del Instituto Cervantes y de la Real Academia de la Lengua han protagonizado la polémica de la semana. El primero acusa al segundo de hacer negocios en su despacho.
No lo había dicho nadie hasta este jueves, pero uno de los protagonistas se decidió a confesar algo que se intuía en los foros literarios, y que ha abierto heridas en el corazón de la lengua española: la enemistad entre el director del Instituto Cervantes y el de la Real Academia de la Lengua.
El director delCervantes, el escritor Luis García Montero, dijo el pasado jueves durante un desayuno del Nuevo Foro de la Comunicación a preguntas del periodista Xabier Fortes, que mantiene una «distancia» con el de la RAE, Santiago Muñoz Machado.Una señal palpable de que los dos salvaguardas del español que hablan 500 millones de individuos están, efectivamente, enfrentados de manera personal.
Recopilemos la polémica: se refería García Montero, amigo, según Fortes, de «meterse en charcos», a que no le parece bien que la presidencia de la RAE no esté en manos de un filólogo, sino de un catedrático en Derecho Administrativo, Muñoz Machado, «experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias», afirmó.
La RAE emitió un comunicado para mostrar su perplejidad por estas palabras (y otras) que rechaza sin paliativos y dice estar ofendida por dudar de la capacidad de Muñoz Machado, historiador además de jurista, elegido democráticamente por los miembros de la Real Academia.
El Cervantes se creó en 1991 para promover la enseñanza del español y difundir la cultura española en el exterior. También lo hace con las lenguas cooficiales en los territorios donde convive con el español: catalán, gallego, euskera. La RAE es una institución de tres siglos, fundada en 1713, y se ocupa del buen uso de la lengua española y para que mantenga la unidad dentro de su diversidad

Se podría decir, puestos a calificar a los contendientes de esta batalla dialéctica que García Montero (granadino, 66 años, viudo de la escritora Almudena Grandes), poeta por encima de todas las cosas, es la parte emocional. Y Muñoz Machado (cordobés, 76), la racional. El primero representa la parte más ‘política’ de la cultura -nunca ha ocultado su ideología comunista- y el segundo, la más ‘técnica’, por decirlo con adjetivos generalistas y sin ánimo de polemizar.
Quienes tienen en sus apellidos ‘linaje’ de los maestros que les han alimentado intelectualmente, García (como Lorca) y Machado (como el gran escritor sevillano) coinciden en que son dos vigilantes del idioma castellano, esa es la misión que se les encomendó.
Montero aterrizó en el Cervantes en 2018, por nombramiento del Consejo de Ministros. Muñoz Machado fue elegido el mismo año que Montero y reelegido (2022) después por los 44 miembros de la RAE académicos de número, es decir, con derecho a voto. Cuando sustituyó a Darío Villanueva, su antecesor, debió hacer frente a los aprietos económicos y al informe sobre lenguaje inclusivo en la Constitución, tarea por la que Machado no siente especial predilección.
Un lenguaje del que, sin embargo, García Montero es partidario si tiene «que ver con el sentido común. «No me gustan palabras como nosotres o humanes. Me gusta hablar de hombres y mujeres, de ciudadanos y ciudadanas, no de ciudadanes», ha dicho tratando de buscar el equilibrio.
El alcance de este enfrentamiento entre los dos mandatarios de la lengua es que ambos forman parte del cortejo que esta semana próxima celebrará en Arequipa (Perú) el X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), con homenaje incluido a Vargas Llosa, nacido en esta bella localidad y fallecido en abril pasado.
La comitiva la encabeza el rey Felipe VI, que es probable, deba recurrir a su papel de moderador tranquilo entre dos muros institucionales. No estará la presidenta del Perú, Dina Boluarte destituida este viernes de forma exprés. La duda es si asistirá el presidente interino de Perú, José Jerí Oré.

Cuentan las crónicas que Muñoz Machado y García Montero ya tuvieron sus primeras discrepancias en el CILE de Córdoba (Argentina), en 2019. Estos congresos se celebran cada tres años en un país de habla hispana para revisar el estado del idioma español y plantear nuevos retos.
En 2023, el Congreso tuvo lugar en Cádiz. El último día del mismo, Muñoz Machado y García Montero reunieron a los periodistas por separado para contarles sus conclusiones y… desencuentros. El responsable de la RAE reconoció «momentos de tensión» que se habían ido resolviendo en el desarrollo del congreso.
Vista la secuencia histórica, el de Perú se presenta no solo como un nuevo foro apasionante sobre un tema universal, sino también como el escenario donde se verá el trasfondo de esta ‘antipatía’ mutua que parecen tenerse los protagonistas de la polémica de la semana.
La RAE en el comunicado que envío mostraba su deseo de que las cosas vuelvan a su cauce, «como siempre ha sido». Queda esperar que la sangre no llegue al río de la confrontación y que el español sea, una vez más, el arma de la unidad.
20MINUTOS.ES – Cultura