El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recibió el viernes de la semana pasada en el Elíseo al exmandatario Nicolas Sarkozy, que está citado este martes a primera hora en una cárcel de París para comenzar a cumplir condena por los fondos recibidos por su campaña electoral en el año 2007 de manos del régimen de Muamar Gadafi.
El encuentro, adelantado por fuentes del Elíseo, marca el gesto más claro hasta la fecha por parte de Macron hacia Sarkozy, si bien en estas últimas semanas varios altos cargos del Gobierno ya habían expresado su apoyo público a quien fuese presidente de Francia entre los años 2007 y 2012.
Macron ha restado importancia a la cita durante una rueda de prensa en Eslovenia, donde se ha visto con otros líderes europeos, asegurando que «es normal», desde el punto de vista «humano», reunirse con su predecesor. En este sentido, ha subrayado que siempre ha sido «muy claro» con respecto a la «independencia» de la Justicia.
Por su parte, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, ha confirmado este mismo lunes en declaraciones a France Inter que visitará a Sarkozy en prisión, apelando a cuestiones de humanidad y de seguridad. «No puedo ser insensible al sufrimiento», ha esgrimido Darmanin, que se ha declarado también «preocupado» por los posibles riesgos.
«El ministro de Justicia puede ir a ver cualquier cárcel y a cualquier detenido cuando quiera para garantizar el buen funcionamiento del servicio público. No es algo anormal«, ha señalado Darmanin, antiguo compañero de partido de Sarkozy y ahora afiliado a las filas macronistas.
Sarkozy fue condenado a cinco años de cárcel por un delito de asociación de malhechores en la causa que examinaba los fondos entregados por el régimen libio. Aunque la sentencia no es firme y el exmandatario ha recurrido, el juez dictaminó su entrada inmediata en prisión. Está previsto que el antiguo presidente acuda este martes a las 9.30 a la cárcel de la Santé, situada en París.
En una entrevista previa en Le Figaro, Sarkozy ha asegurado que no ha pedido ningún tipo de trato especial, si bien las autoridades penitenciarias han acordado que permanezca aislado por razones de seguridad. Sarkozy, sobre quien también pesa condena en firme por corrupción y tráfico de influencias que le obligaba a llevar una pulsera electrónica para evitar su encarcelamiento, siempre ha negado cualquier irregularidad y ha denunciado una supuesta persecución política contra él a través de los tribunales.
El presidente francés ha restado importancia al encuentro y ha asegurando que «es normal», desde el punto de vista «humano», reunirse con su predecesor.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recibió el viernes de la semana pasada en el Elíseo al exmandatario Nicolas Sarkozy, que está citado este martes a primera hora en una cárcel de París para comenzar a cumplir condena por los fondos recibidos por su campaña electoral en el año 2007 de manos del régimen de Muamar Gadafi.
El encuentro, adelantado por fuentes del Elíseo, marca el gesto más claro hasta la fecha por parte de Macron hacia Sarkozy, si bien en estas últimas semanas varios altos cargos del Gobierno ya habían expresado su apoyo público a quien fuese presidente de Francia entre los años 2007 y 2012.
Macron ha restado importancia a la cita durante una rueda de prensa en Eslovenia, donde se ha visto con otros líderes europeos, asegurando que «es normal», desde el punto de vista «humano», reunirse con su predecesor. En este sentido, ha subrayado que siempre ha sido «muy claro» con respecto a la «independencia» de la Justicia.
Por su parte, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, ha confirmado este mismo lunes en declaraciones a France Inter que visitará a Sarkozy en prisión, apelando a cuestiones de humanidad y de seguridad. «No puedo ser insensible al sufrimiento», ha esgrimido Darmanin, que se ha declarado también «preocupado» por los posibles riesgos.
«El ministro de Justicia puede ir a ver cualquier cárcel y a cualquier detenido cuando quiera para garantizar el buen funcionamiento del servicio público. No es algo anormal«, ha señalado Darmanin, antiguo compañero de partido de Sarkozy y ahora afiliado a las filas macronistas.
Sarkozy fue condenado a cinco años de cárcel por un delito de asociación de malhechores en la causa que examinaba los fondos entregados por el régimen libio. Aunque la sentencia no es firme y el exmandatario ha recurrido, el juez dictaminó su entrada inmediata en prisión. Está previsto que el antiguo presidente acuda este martes a las 9.30 a la cárcel de la Santé, situada en París.
En una entrevista previa en Le Figaro, Sarkozy ha asegurado que no ha pedido ningún tipo de trato especial, si bien las autoridades penitenciarias han acordado que permanezca aislado por razones de seguridad. Sarkozy, sobre quien también pesa condena en firme por corrupción y tráfico de influencias que le obligaba a llevar una pulsera electrónica para evitar su encarcelamiento, siempre ha negado cualquier irregularidad y ha denunciado una supuesta persecución política contra él a través de los tribunales.
20MINUTOS.ES – Internacional