«Es una experiencia bastante divertida. Somos dos chicas superdivertidas, superdirectas y supernaturales. Es un show de no parar. La sensación de la gente es la de ‘qué energía tienen estas chicas’. Son canciones que llevadas al directo y explicadas un poco, con la intensidad, es mucho más especial para la gente». Así definen sus conciertos Ana Legazpi y Carolina Moyano o, lo que es lo mismo, Marlena, uno de los dúos pop más icónicos y con más personalidad del país en la actualidad.
Las artistas visitan la redacción de 20minutos precisamente para hablar de la Gira Vibra Mahou, de la que son protagonistas, y que las llevará en 2026 por un buen puñado de ciudades españolas. «Nos lo pasamos muy bien en el directo. Creemos que es lo que más le gusta a los artistas: escuchar el feedback de la gente y ver cómo todo lo que has preparado en el estudio se lo llevan a su terreno», rematan sobre sus directos, uno de los puntos fuertes del grupo.
El otro, sin duda, la verdad sin matices ni disfraces de sus letras y a quiénes van dirigidas, algo que se ejemplifica en La victoria, su último single. «Además lo hemos hecho desde siempre, desde el principio, y de una manera superespontánea y supernatural. El hecho de sentir que podemos cantar a quien nos dé la gana, vestir como nos dé la gana, encima y fuera de un escenario… Nunca hemos sentido limitaciones de eso», asegura Ana, si bien reconoce que, a su madre, «le costaba» verla «con esas pintas» que llevaban «al principio».
«Da la sensación, y da vértigo, de que no podemos parar ni un momento porque estamos en un momento de auge»
Eso tiene que ver mucho con las exigencias de una industria en la que les preguntamos si hay machismo. «No sé si machismo, pero sí comparaciones odiosas entre nosotras mismas, que es algo muy heavy. Y a lo mejor no te lo reconocen, pero nos pasa a todas. Algo malo que tiene la industria es que a las mujeres nos hace enfrentarnos de una manera muy heavy. Sobre todo entre mujeres, porque ellos están tan tranquilos», opina Ana. «También va ligado quizá a esa presión extra que tienen las artistas femeninas, porque está todo más medido y la crítica más fácil», cree Carol. «La marimacho de turno. A mí me han llamado de todo en TikTok, que es el nuevo X. Y claro, te comparas. Ahí está la superfemenina, la que va en tacones, la que va en body, la que va más ‘tirada’… Por eso te empiezas a comparar con pequeñas cosas y te preguntas por qué. Pero sí que es verdad que ya estamos en otro momento y que han habido cambios buenos y también hay que aprender a gestionar eso», reflexiona Ana.
Una gestión que, por su profesión, tienen que hacerla casi públicamente, debida a la exposición. «Lo bueno es que nos tenemos una a la otra. Siempre intentamos equilibrar», comentan. «Literal de habernos metido una rueda de prensa o un photocall habiendo llorado en la parte de atrás. O de cantar sobre un escenario estando rota. Eso ha pasado miles de veces. Es algo que hay que aprender a gestionar y en lo que te ayuda a estar bien rodeada: contar con tus padres y con tus amigas. Tus amigas de siempre, no las de ahora, que es distinto», subraya Ana.
Cambiando de tercio, hablamos con ellas de los ritmos de la industria, que, como a tantos otros artistas, también les afecta. «Es el ritmo frenético, tanto en plataformas, que si no sacas un disco o un EP en equis tiempo notas la bajada de oyentes, como en los escenarios. Da la sensación, y da vértigo, de que no podemos parar ni un momento porque estamos en un momento de auge. Hay artistas que se lo pueden permitir, pero nosotras no», opina Carol. «No podemos disfrutar ni de los singles que vamos sacando y que apenas hemos cantado dos o tres veces en el escenario. La gente nos pide otra, y otra…», remata Ana en este sentido.
«Por su puesto que discutimos y tenemos momentos de tensión en el trabajo y fuera, pero es perfectamente sano que pase»
Misma opinión sobre este y casi todos los temas que abordamos en la entrevista y que no es más que un fiel reflejo de la relación que las une, tanto de trabajo como de amistad. «Por su puesto que discutimos y tenemos momentos de tensión en el trabajo y fuera, pero es perfectamente sano que pase«, hace hincapié Carol, a la que no se le pasa por la cabeza una hipotética desintegración del grupo. Y, si eso pasa, lo tienen «todo hablado». «Incluso las conversaciones más… como el tema del dinero. Tenemos una especie de testamento por si pasa algo«, ríe Carol.
En cualquier caso, y parafraseando el título de su última canción, ellas están en un mood triunfal -en consonancia con su último single, La victoria-, que, para ambas, a día de hoy es «el trabajo profesional y personal» que han hecho en este tiempo. «De cómo estaba hace unos años, ese progreso que he hecho, lo que he vivido y cómo lo he superado, estar bien conmigo misma otra vez, reconectada con el trabajo y con Carol… Para mí ha sido mi principal victoria. Luego ya pues otra sería llenar un Movistar Arena, por ejemplo», se sincera Ana.
Precisamente entre sus objetivos están su soñado Movistar Arena y «cruzar el charco». Pero más el coliseo madrileño. «Que 15.000 vengan por ti es increíble«, opina Ana. «Y una forma de consolidarte como artista en el panorama nacional. Todo artista quiere tener su fotito en los pasillos de los camerinos del Movistar Arena», remata Carol.
«Como los ‘influencers’ con sus tiktoks, nosotras lo hacemos con nuestras canciones. Obviamente con poesía y exageración en alguna parte, pero las canciones son nuestra red social»
Mientras eso llega, ahora lo que toca es un presente que pasa por la publicación, el 14 de noviembre, de su nuevo EP, en el que siguen manteniendo su esencia, aunque con matices. «El drama me encanta, eso siempre va a estar«, dice Carol. «Por supuesto habla de amor, pero en una etapa más bonita, dentro de una relación sana. Es el proceso de volver a confiar en alguien. Son siete canciones que van desde echar la culpa por haberte echo enamorarte a cantar la victoria porque todo está bien», escudriñan. En realidad, todas sus canciones son un fiel reflejo de lo que pasa en sus vidas: «Como los influencers con sus tiktoks, nosotras lo hacemos con nuestras canciones. Obviamente con poesía y exageración en alguna parte, pero las canciones son nuestra red social«.
Ana Legazpi y Carol Moyano, el dúo pop más icónico del momento, se embarcan en la Gira Vibra Mahou y anuncian el lanzamiento de su nuevo EP.
«Es una experiencia bastante divertida. Somos dos chicas superdivertidas, superdirectas y supernaturales. Es un show de no parar. La sensación de la gente es la de ‘qué energía tienen estas chicas’. Son canciones que llevadas al directo y explicadas un poco, con la intensidad, es mucho más especial para la gente». Así definen sus conciertos Ana Legazpi y Carolina Moyano o, lo que es lo mismo, Marlena, uno de los dúos pop más icónicos y con más personalidad del país en la actualidad.
Las artistas visitan la redacción de 20minutos precisamente para hablar de la Gira Vibra Mahou, de la que son protagonistas, y que las llevará en 2026 por un buen puñado de ciudades españolas. «Nos lo pasamos muy bien en el directo. Creemos que es lo que más le gusta a los artistas: escuchar el feedback de la gente y ver cómo todo lo que has preparado en el estudio se lo llevan a su terreno», rematan sobre sus directos, uno de los puntos fuertes del grupo.
El otro, sin duda, la verdad sin matices ni disfraces de sus letras y a quiénes van dirigidas, algo que se ejemplifica en La victoria, su último single. «Además lo hemos hecho desde siempre, desde el principio, y de una manera superespontánea y supernatural. El hecho de sentir que podemos cantar a quien nos dé la gana, vestir como nos dé la gana, encima y fuera de un escenario… Nunca hemos sentido limitaciones de eso», asegura Ana, si bien reconoce que, a su madre, «le costaba» verla «con esas pintas» que llevaban «al principio».
«Da la sensación, y da vértigo, de que no podemos parar ni un momento porque estamos en un momento de auge»
Eso tiene que ver mucho con las exigencias de una industria en la que les preguntamos si hay machismo. «No sé si machismo, pero sí comparaciones odiosas entre nosotras mismas, que es algo muy heavy. Y a lo mejor no te lo reconocen, pero nos pasa a todas. Algo malo que tiene la industria es que a las mujeres nos hace enfrentarnos de una manera muy heavy. Sobre todo entre mujeres, porque ellos están tan tranquilos», opina Ana. «También va ligado quizá a esa presión extra que tienen las artistas femeninas, porque está todo más medido y la crítica más fácil», cree Carol. «La marimacho de turno. A mí me han llamado de todo en TikTok, que es el nuevo X. Y claro, te comparas. Ahí está la superfemenina, la que va en tacones, la que va en body, la que va más ‘tirada’… Por eso te empiezas a comparar con pequeñas cosas y te preguntas por qué. Pero sí que es verdad que ya estamos en otro momento y que han habido cambios buenos y también hay que aprender a gestionar eso», reflexiona Ana.

Una gestión que, por su profesión, tienen que hacerla casi públicamente, debida a la exposición. «Lo bueno es que nos tenemos una a la otra. Siempre intentamos equilibrar», comentan. «Literal de habernos metido una rueda de prensa o un photocall habiendo llorado en la parte de atrás. O de cantar sobre un escenario estando rota. Eso ha pasado miles de veces. Es algo que hay que aprender a gestionar y en lo que te ayuda a estar bien rodeada: contar con tus padres y con tus amigas. Tus amigas de siempre, no las de ahora, que es distinto», subraya Ana.
Cambiando de tercio, hablamos con ellas de los ritmos de la industria, que, como a tantos otros artistas, también les afecta. «Es el ritmo frenético, tanto en plataformas, que si no sacas un disco o un EP en equis tiempo notas la bajada de oyentes, como en los escenarios. Da la sensación, y da vértigo, de que no podemos parar ni un momento porque estamos en un momento de auge. Hay artistas que se lo pueden permitir, pero nosotras no», opina Carol. «No podemos disfrutar ni de los singles que vamos sacando y que apenas hemos cantado dos o tres veces en el escenario. La gente nos pide otra, y otra…», remata Ana en este sentido.
«Por su puesto que discutimos y tenemos momentos de tensión en el trabajo y fuera, pero es perfectamente sano que pase»
Misma opinión sobre este y casi todos los temas que abordamos en la entrevista y que no es más que un fiel reflejo de la relación que las une, tanto de trabajo como de amistad. «Por su puesto que discutimos y tenemos momentos de tensión en el trabajo y fuera, pero es perfectamente sano que pase«, hace hincapié Carol, a la que no se le pasa por la cabeza una hipotética desintegración del grupo. Y, si eso pasa, lo tienen «todo hablado». «Incluso las conversaciones más… como el tema del dinero. Tenemos una especie de testamento por si pasa algo«, ríe Carol.

En cualquier caso, y parafraseando el título de su última canción, ellas están en un mood triunfal -en consonancia con su último single, La victoria-, que, para ambas, a día de hoy es «el trabajo profesional y personal» que han hecho en este tiempo. «De cómo estaba hace unos años, ese progreso que he hecho, lo que he vivido y cómo lo he superado, estar bien conmigo misma otra vez, reconectada con el trabajo y con Carol… Para mí ha sido mi principal victoria. Luego ya pues otra sería llenar un Movistar Arena, por ejemplo», se sincera Ana.
Precisamente entre sus objetivos están su soñado Movistar Arena y «cruzar el charco». Pero más el coliseo madrileño. «Que 15.000 vengan por ti es increíble«, opina Ana. «Y una forma de consolidarte como artista en el panorama nacional. Todo artista quiere tener su fotito en los pasillos de los camerinos del Movistar Arena», remata Carol.
«Como los ‘influencers’ con sus tiktoks, nosotras lo hacemos con nuestras canciones. Obviamente con poesía y exageración en alguna parte, pero las canciones son nuestra red social»
Mientras eso llega, ahora lo que toca es un presente que pasa por la publicación, el 14 de noviembre, de su nuevo EP, en el que siguen manteniendo su esencia, aunque con matices. «El drama me encanta, eso siempre va a estar«, dice Carol. «Por supuesto habla de amor, pero en una etapa más bonita, dentro de una relación sana. Es el proceso de volver a confiar en alguien. Son siete canciones que van desde echar la culpa por haberte echo enamorarte a cantar la victoria porque todo está bien», escudriñan. En realidad, todas sus canciones son un fiel reflejo de lo que pasa en sus vidas: «Como los influencers con sus tiktoks, nosotras lo hacemos con nuestras canciones. Obviamente con poesía y exageración en alguna parte, pero las canciones son nuestra red social«.
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