El estudiante de primero de BUP Roberto Santiago observó un día, atónito, que uno de sus compañeros de clase estaba siendo colgado por los pies desde la ventana del aula, o sea, boca abajo, en un tercer piso. La sensación de terror que sintió y también la de cobardía por no haber hecho nada para impedir que siguieran acosando a aquel chaval ya marcado, están plasmadas en la última novela que el Roberto Santiago maduro ha publicado, El círculo (Destino). Dirigida al público juvenil, pero pensada para todos los que quieren frenar este fenómeno creciente que intoxica las escuelas, el libro ‘cruje’ al lector por dentro.
Santiago (Madrid, 1968), autor de los súper ventas Los futbolísimos y premio Azorín de Novela por La rebeliónde los buenos (entre 95 títulos), aceptó el guante que le brindó la editorial Destino gracias a aquella imagen juvenil que tenía soterrada de manera artificial. No ha vuelto a saber nada de ese colega de pupitre que inspiró su argumento, pero situaciones similares en las que basarse no le han faltado. El escritor recuerda el relato de una amiga, cuyo hijo acude a un colegio privado, donde a los novatos les atan un cinturón en el cuello y los pasean en ropa interior. «Todo esto conectaba con lo que yo necesito para escribir. Sabía que el tema me removía. Investigar, aprender y conocer más: eso es la escritura para mí. La escritura es de tripas y de puro corazón».
El círculo narra la llegada del protagonista, Uve, a su nuevo colegio, en el que descubre que un grupo tiene aterrorizado a los alumnos en una inercia de miedo y silencio. Pero él, testigo de la tensión, tiene un secreto y una duda: si mirar de frente o al otro lado del problema.
Rodeados de noticias que la editorial ha dispuesto en el suelo del lugar donde estamos, alusivas a casos de intimidación extrema, como baldosas de la verdad, charlamos con el escritor de este título que no es uno más y que interpela por igual a víctimas y a acosadores, a padres y a profesores, a la sociedad civil y a la clase política. El acoso juvenil, podría decirse, habita entre nosotros, pero lo podemos evitar, si queremos.
Algo estamos haciendo muy mal si no sabemos qué hacen nuestros hijos
El suicidio es una palabra tabú. Pero creo que se debe abordar ese problema. Es la consecuencia de casos muy graves de acoso
‘Los futbolísimos’ tendrán entrega número 28 y en ella se abordará la violencia
El autor de los Futbolísimos regresa con una novela sobre abusos
Entrevista

El exitoso autor de la saga ‘Los Futbolísimos’ firma una novela juvenil que trata el acoso desde el punto de vista del testigo.
El estudiante de primero de BUP Roberto Santiago observó un día, atónito, que uno de sus compañeros de clase estaba siendo colgado por los pies desde la ventana del aula, o sea, boca abajo, en un tercer piso. La sensación de terror que sintió y también la de cobardía por no haber hecho nada para impedir que siguieran acosando a aquel chaval ya marcado, están plasmadas en la última novela que el Roberto Santiago maduro ha publicado, El círculo (Destino). Dirigida al público juvenil, pero pensada para todos los que quieren frenar este fenómeno creciente que intoxica las escuelas, el libro ‘cruje’ al lector por dentro.
Santiago (Madrid, 1968), autor de los súper ventas Los futbolísimos y premio Azorín de Novela por La rebeliónde los buenos (entre 95 títulos), aceptó el guante que le brindó la editorial Destino gracias a aquella imagen juvenil que tenía soterrada de manera artificial. No ha vuelto a saber nada de ese colega de pupitre que inspiró su argumento, pero situaciones similares en las que basarse no le han faltado. El escritor recuerda el relato de una amiga, cuyo hijo acude a un colegio privado, donde a los novatos les atan un cinturón en el cuello y los pasean en ropa interior. «Todo esto conectaba con lo que yo necesito para escribir. Sabía que el tema me removía. Investigar, aprender y conocer más: eso es la escritura para mí. La escritura es de tripas y de puro corazón».
El círculo narra la llegada del protagonista, Uve, a su nuevo colegio, en el que descubre que un grupo tiene aterrorizado a los alumnos en una inercia de miedo y silencio. Pero él, testigo de la tensión, tiene un secreto y una duda: si mirar de frente o al otro lado del problema.
Rodeados de noticias que la editorial ha dispuesto en el suelo del lugar donde estamos, alusivas a casos de intimidación extrema, como baldosas de la verdad, charlamos con el escritor de este título que no es uno más y que interpela por igual a víctimas y a acosadores, a padres y a profesores, a la sociedad civil y a la clase política. El acoso juvenil, podría decirse, habita entre nosotros, pero lo podemos evitar, si queremos.

No tiene hijos. De tenerlos qué ‘preferiría’: ¿Que fueran el acosado o el acosador?
No tengo hijos, pero sí sobrinos. Lógicamente, se pone el foco en las víctimas y en sus familiares, pero mi opinión, después de haber investigado este tema, es que los acosadores son víctimas también. Los chavales abusadores que hacen este tipo de barbaridades, ya sea en casos leves, como pintar una mochila, o en casos más graves, eso lleva a las familias, en la inmensa mayoría de los casos, a derrumbarse. No hay protocolos, como sí los hay para las víctimas, para apoyo a los familiares de los acosadores. Un chaval que se convierte en acosador, tiene un problema. Nadie nace siendo malo, porque sí. Tiene un problema que hay que abordar y corregir.
Algo estamos haciendo muy mal si no sabemos qué hacen nuestros hijos
¿Cómo es de urgente el papel de los padres en estos casos?
Sería desgarrador que mi hijo hubiera sido víctima del bullyng. Pero lo sería más que mi hijo fuera el acosador. En el 95% de los casos que mi amiga, la inspectora Marta Fernández ha llevado y con quien me he documentado, cuando iban a hablar con los padres del acosador no tenían ni la más remota de lo que hacían sus hijos: ‘Esto es un error’, contestan. Hay una realidad paralela a la que contribuyen las redes. Una novela que habla de esto no puede dar la espalda a las redes hoy en día. Algo estamos haciendo muy mal si no sabemos qué hacen nuestros hijos.
Dice el escritor Pablo Duchement, autor de ‘Te espero a la salida’, que a los acosadores no hay que apartarlos solo, sino tratarlos también.
No puedo estar más de acuerdo. Por eso mi conclusión, entre comillas, en la novela, hacia dónde va el argumento, es esto: no solo se debe poner el acento en que los culpables son los acosadores. Hay muchos más que permiten y crean ese tipo de adolescentes que se convierten en acosadores, y es verdad que necesitan apoyo y ayuda. No es solo apartarles y darles un castigo.

¿Puede tener la literatura más poder que la información para frenar el bullyng en los colegios?
Creo mucho que una novela, la ficción, puede ayudar más a cambiar ciertas cosas, a sensibilizar a los lectores sobre estos temas. Más que una charla oficial, que un input que reciben de manera sistematizada. No son tan permeables los adolescentes a eso. Sin embargo, una historia que sientan cercana, que forma parte de ellos… creo muchísimo en ello. A mí me ha transformado mucho la literatura como lector y me ha hecho la persona que soy.
El suicidio es una palabra tabú. Pero creo que se debe abordar ese problema. Es la consecuencia de casos muy graves de acoso
¿Qué opinan adolescentes cercanos que la han leído ya?
Se la dejé leer a mis sobrinos y a otros adolescentes, que mostraron mucho interés. Era un muestreo pequeño, pero para mi sorpresa la devoraron. Me gusta que el tema del bullyng sea un tema del que ellos hablan. La sentían como cercana, estaban identificados. Ese primer amor, esa música que odian… temas que también están allí. He debatido mucho con ellos sobre el consentimiento, el ciberbullyng, el sexo en las redes… Ojalá El círculo llegue a las aulas, estaré encantado de hablar con estudiantes sobre esto.
¿El acoso es igual de preocupante en círculos escolares, con muchos testigos, como en las relaciones personales y sexuales?
Para mí, es parte de lo mismo, pero por esto también lo trato en la novela. Hay un momento donde el argumento se reduce a cómo las escenas sexuales que graban empiezan a circular por las redes. Es una variante del acoso que cada vez se da más por desgracia. Los adolescentes no tienen muchas veces una noción muy clara de lo que es la intimidad. Se da mucho más entre las chicas que entre los chicos, es tremendo, pero esto no cambia. Los datos son así. Yo quería mostrar un caso así en la novela; ella ve que no tiene escapatoria porque se cambia de instituto pero las redes no la dejan en paz.

Esto nos puede llevar al suicidio como medida extrema, muy presente también en la juventud.
El suicidio o el intento de suicidio están presentes en la novela. Es la consecuencia de la mayoría de los casos graves de bullyng. Tampoco quería darle la espalda en mi historia a este tema. Hay una chica que lo intenta. Yo no soy sicológo, pero durante mucho tiempo, insisto en que no estoy seguro, era una palabra tabú. Mejor no mencionarla porque produce un efecto llamada. Pero darle la espalda es no abordarlo. Mi novela no va sobre el suicidio, pero esto es una consecuencia real que ocurre. Me parece interesante y justo con los que lo han leído, porque les interesó mucho. Conocían pensamientos suicidas de compañeros. Creo que es mejor hablar del asunto que callarlo.
‘Los futbolísimos’ tendrán entrega número 28 y en ella se abordará la violencia
Los futbolísimos … ¿Es una inspiración para esta temática, a través del deporte?
Bueno, en la saga, que tiene 27 título (estoy con el 28), la violencia se trata muchísimo. El deporte para que sea algo sano se trata muchísimo. Y el acoso también. Es para niños, en verdad, pero yo intento llegar a otros como sea. Los futbolísimos me han permitido llegar a tratar temas que yo creo son muy importantes, a través de historias ligeras. De hecho, en la nueva novela, la número 28, la historia central justo tiene que ver con esto, cómo la violencia dentro del deporte se puede convertir en algo sistemático. Hay un plantón de los protagonistas, que rechazan competir si hay violencia.
Mostrar comentarios
Comentarios
20MINUTOS.ES – Cultura