El tetracromatismo es una condición visual poco común en la que una persona posee cuatro tipos de conos en la retina (las células responsables de captar los colores), en lugar de los tres habituales en la mayoría de los humanos.
En condiciones normales, los humanos somos tricromáticos: percibimos el color gracias a tres tipos de conos sensibles a la luz azul, verde y roja. Sin embargo, algunas personas —sobre todo mujeres— pueden tener un cuarto tipo de cono sensible a longitudes de onda intermedias. Eso les permite discriminar matices de color que para el resto pasan inadvertidos. Se calcula que podrían distinguir hasta 100 millones de tonalidades, frente a los 10 millones aproximados de un tricromático.
El tetracromatismo se ha relacionado con variaciones genéticas en el cromosoma X, lo que explica por qué es más frecuente en mujeres (que tienen dos cromosomas X y, por tanto, más probabilidad de portar la mutación). Aunque no todas las personas con cuatro conos desarrollan esta capacidad de forma funcional, en casos documentados sí se ha demostrado una percepción cromática extraordinariamente rica.
En el reino animal el tetracromatismo es común (aves, peces, algunos reptiles) e incluso incluye sensibilidad al ultravioleta.
El tetracromatismo es una condición visual poco común en la que una persona posee cuatro tipos de conos en la retina (las células responsables de captar los colores), en lugar de los tres habituales en la mayoría de los humanos.

Se trata de una condición visual en la que algunas personas poseen cuatro tipos de conos en la retina.
El tetracromatismo es una condición visual poco común en la que una persona posee cuatro tipos de conos en la retina (las células responsables de captar los colores), en lugar de los tres habituales en la mayoría de los humanos.
En condiciones normales, los humanos somos tricromáticos: percibimos el color gracias a tres tipos de conos sensibles a la luz azul, verde y roja. Sin embargo, algunas personas —sobre todo mujeres— pueden tener un cuarto tipo de cono sensible a longitudes de onda intermedias. Eso les permite discriminar matices de color que para el resto pasan inadvertidos. Se calcula que podrían distinguir hasta 100 millones de tonalidades, frente a los 10 millones aproximados de un tricromático.
El tetracromatismo se ha relacionado con variaciones genéticas en el cromosoma X, lo que explica por qué es más frecuente en mujeres (que tienen dos cromosomas X y, por tanto, más probabilidad de portar la mutación). Aunque no todas las personas con cuatro conos desarrollan esta capacidad de forma funcional, en casos documentados sí se ha demostrado una percepción cromática extraordinariamente rica.
En el reino animal el tetracromatismo es común (aves, peces, algunos reptiles) e incluso incluye sensibilidad al ultravioleta.
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