<p>Ernest Shackleton, uno de los aventureros más intrépidos de la historia, ha resultado ser también el más temerario. Su odisea antártica a bordo del Endurance en 1915 está considerada<strong> una de las epopeyas más fascinantes del ser humano</strong>, principalmente porque el barco se hundió, y ahora resulta que Shackelton se lo temía.</p>
Tras descubrirse a 3.000 metros de profundidad en la Antártida en 2022, los investigadores sacan a la luz las deficiencias del que estaba considerado el mejor barco polar la época
Ernest Shackleton, uno de los aventureros más intrépidos de la historia, ha resultado ser también el más temerario. Su odisea antártica a bordo del Endurance en 1915 está considerada una de las epopeyas más fascinantes del ser humano, principalmente porque el barco se hundió, y ahora resulta que Shackelton se lo temía.
El pecio del Endurance fue encontrado en marzo de 2022, a unos 3.000 metros de profundidad en el mar de Weddell, en el Atlántico Sur. Su hallazgo se considera uno de los mayores descubrimientos arqueológicos marinos de la historia. Y ahora, un estudio pionero a nivel mundial, que incluye tanto un análisis técnico del pecio, como diarios y correspondencia del propio Shackleton y su tripulación, arroja nueva luz sobre la expedición y sobre el propio explorador. El barco, no solo presentaba debilidades estructurales que lo hacían notablemente menos robusto que otras embarcaciones polares de la época, sino que, sorprendentemente, el famoso explorador las conocía perfectamente antes de zarpar.
«Un análisis estructural sencillo demuestra que el barco no fue diseñado para las condiciones de compresión del hielo compacto que finalmente lo hundieron», afirma Jukka Tuhkuri , profesor de mecánica de sólidos en la Universidad Aalto, en Finlandia, y uno de los investigadores de hielo más destacados del mundo. «El peligro del hielo en movimiento y las cargas de compresión, y cómo diseñar un barco para tales condiciones, se comprendía bien antes de que el barco zarpara hacia el sur. Por lo tanto, cabe preguntarse por qué Shackleton eligió un buque que no estaba reforzado para la compresión del hielo«.
Shackleton quería ser el primero en cruzar la Antártida a pie y se hizo con el Endurance. El navío, de 43,9 metros de eslora, fue una iniciativa de los exploradores polares Adrien de Gerlache y Lars Christensen, que en principio buscaban comercializar una embarcación para turistas adinerados y expediciones para cazar osos polares. Los problemas financieros llevaron a De Gerlache a dejar el proyecto a un lado y Christensen acabó vendiéndoselo a Ernest Shackleton por 11.600 libras esterlinas (poco más de 13.000 euros), sensiblemente por debajo del precio de coste. Lo primero que hizo el aventurero irlandés fue cambiarle el nombre original Polaris por el de Endurance, y lanzarlo a su sueño de atravesar la Antártida. El objetivo era llegar a un punto cercano a la bahía Vahsel, en la zona sur del mar de Weddell, alcanzar el Polo Sur, y continuar la marcha hasta la isla Ross en el extremo opuesto del continente.
El Endurance zarpó de Inglaterra en 1914 con 28 hombres a bordo y no tardó en quedar atrapado en el hielo del mar de Weddell durante más de un año hasta que se hundió. Shackleton y cinco hombres cruzaron más de 1.300 kilómetros en un pequeño bote hasta la isla Georgia del Sur para pedir ayuda, y 26 meses después todos pudieron ser rescatados, en lo que está considerada una de las epopeyas más fascinantes de la exploración.
El profesor y explorador polar Jukka Tuhkuri fue uno de los 15 científicos invitados a unirse a la misión Endurance22, el equipo que descubrió el naufragio en 2022. Sorprendido de que nunca se hubiera realizado un análisis estructural fundamental del buque, el descubrimiento del naufragio alimentó su propio deseo de revelar las verdades científicas detrás de la leyenda.
«El Endurance presentaba claramente varias deficiencias estructurales en comparación con otros buques antárticos de la época», explica. «Las vigas y cuadernas de cubierta eran más débiles, el compartimento de máquinas más largo, lo que provocó un grave debilitamiento en una parte importante del casco, además de que carecía de vigas diagonales para reforzarlo. Esto no solo desmiente la idea romántica de que era el buque polar más resistente de su época, sino que también desmiente la idea simplista de que el timón era el talón de Aquiles del barco».
Después de analizar los diarios de Shackleton, su correspondencia personal y otras comunicaciones de la tripulación, el investigador no entiende por qué el famoso explorador decidió navegar por la peligrosa capa de hielo antártica a bordo del Endurance.
«Shackleton lo sabía. Antes de zarpar lamentó las deficiencias del barco en una carta a su esposa, diciendo que cambiaría el Endurance por su anterior barco sin dudarlo. De hecho, había recomendado vigas diagonales para otro barco polar durante una visita a un astillero noruego, y ese mismo barco quedó atrapado en hielo comprimido durante meses y sobrevivió», dice Tuhkuri.
Entonces, ¿por qué lo hizo? «Podemos especular sobre presiones financieras o limitaciones de tiempo, pero lo cierto es que quizá nunca sepamos por qué Shackleton tomó las decisiones que tomó. Al menos ahora tenemos algo para profundizar en la historia», concluye Tuhukri, cuyo estudio acaba de publicar la prestigiosa revista Polar Record.
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