El domingo 19 de octubre de 2025, el Museo del Louvre en París fue escenario de un robo digno del mejor guion cinematográfico, cuando un grupo de al menos cuatro hombres ejecutó un atraco relámpago contra la conocida galería de la corona, la Galerie d’Apollon.
Los ladrones llegaron al museo disfrazados de trabajadores y utilizaron un camión de mudanzas con montacargas en la calle anexa para acceder a un balcón en la fachada, forzando una ventana con una amoladora y accediendo al interior del recinto. En apenas cuatro minutos y menos de ocho en total, lograron sustraer ocho valiosas piezas de joyería.
Las joyas robadas incluían tiaras, collares y pendientes vinculados a figuras históricas como la emperatriz Eugenia, la reina Hortense y María Luisa de Austria y fueron valoradas en unos 88 millones de euros por el Ministerio de Cultura francés. Más allá del valor económico, se trata de piezas de gran importancia patrimonial e histórica, lo que intensifica el impacto del robo.
Pocos días antes la policía española abría una investigación tras la desaparición del cuadro Still Life with Guitar (1919), atribuido a Pablo Picasso, valorado en aproximadamente 600 000 euros.
La obra iba en una furgoneta junto a otras 56 piezas prestadas desde Madrid con destino a una exposición en Granada, y fue descargada en el centro cultural el 3 de octubre; sin embargo, no se descubrió su ausencia hasta el lunes siguiente, cuando se procedió a desembalar los paquetes y se constató que esa caja faltaba.
El robo en el Louvre y la desaparición del Picasso deja muchas dudas, pero entre otras, cómo se valoran obras históricas irrepetibles y cómo se aseguran este tipo de piezas por si son robadas o dañadas, no solo en su lugar de exposición, sino por ejemplo, durante un traslado o de una muestra temporal.
Eva Peribáñez, directora de la división de Arte y Clientes Privados en la aseguradora Hiscox España, resuelve algunas de esas dudas. «Ante todo, debemos tener en cuenta que cada obra de arte es única, al igual que cada cliente, museo o galerista, por lo que no existe una cifra estándar» a la hora de asegurar una obra.
«Para asegurar cualquier pieza, es necesario realizar un estudio individualizado y personalizado para diseñar una póliza adaptada a las necesidades de cada caso. Y de este modo, garantizar de este modo una cobertura integral», añade.
Pero, ¿cuánto puede costar asegurar una obra de arte de alto nivel? Pues el precio de un seguro no viene únicamente determinado por su valor, sino también por «una serie de factores que definen su nivel de riesgo». Entre ellos, el tipo de obra, pues «no será lo mismo una joya de la Corona francesa que una colección de pintura«, el espacio donde se conserva, como «una pequeña galería frente a un gran museo como el Louvre», su estado de conservación, la frecuencia con la que se transporta y su propia fragilidad.
Las piezas de los grandes museos suelen estar protegidas por mecanismos estatales, como la llamada Garantía del Estado, un sistema de seguro público por el que el Estado asume el compromiso de proteger Bienes de interés cultural. En caso de daño, es el Estado quién responde por su restauración.
Este sería el caso, por ejemplo de la pintura sobre Colón dañada por unos activistas en el Museo Naval de Madrid hace unos días, «sin embargo existen muchos otros que requieren de protección adicional en caso de incidentes», explica la experta de Hiscox España.
Para estos casos, «una póliza especializada de arte como la de Hiscox, es la que se encargaría de cubrir todos los riesgos a los que se exponga la obra, tanto si son realizados de manera involuntaria como si son resultado de un acto vandálico». De hecho, estas pólizas a todo riesgo contemplan, no solo la restauración de la pieza, «sino también la pérdida de valor que sufra la misma a consecuencia del daño».
Ahora bien, cabe destacar que, si bien la Garantía del Estado se hace cargo de las obras de las colecciones permanentes de los museos, no siempre ocurre lo mismo con las obras que llegan a los museos para exposiciones temporales. En estos casos, «los museos también suelen recurrir al Seguro para proteger las obras temporales durante el tiempo que las albergue.
En este tipo de casos, es fundamental contar con coberturas «a todo riesgo». Estas suelen incluir no solo la obra en sí, sino también los elementos que la componen como marcos, peanas o incluso cristales de seguridad. Sin embargo, para poder asegurar estas piezas, «es imprescindible garantizar unas condiciones de conservación adecuadas, ya que estas pólizas pueden excluir daños derivados de una conservación inadecuada, como polvo, humedad, moho, exposición solar o contaminación ambiental».
Aunque aquí hay que tener en cuenta un matiz, ya que «si la exposición temporal es de gran calado, el Estado puede decidir incluirla dentro de su Garantía«.
‘Las Meninas’, de Velázquez
Pongamos un ejemplo, una obra de arte icónica de nuestro país: Las Meninas, de Diego Velázquez (1656). Asegurar una gran obra como las Meninas para una supuesta exposición temporal (algo prácticamente impensable), dependerá de múltiples factores. En primer lugar, del propio valor de la obra. Si bien históricamente a Las Meninas se le han asignado distintas tasaciones, «actualmente se trata de un valor incalculable, ya que forma parte de la colección permanente del Museo del Prado. Por ello, aunque con ello partiríamos de una cifra muy elevada, sería necesario realizar una tasación específica», hace ver Eva Peribáñez.
Las Meninas se valoraron en 1665 (en el inventario tras la muerte de Felipe IV) en 16.500 reales (difícil de convertir a moneda actual, pero teniendo en cuenta diversos marcadores, entre los 800.000 y 1.500.000 euros). Este mismo año, la revista Time Out, en un artículo sobre pinturas famosas, estimaba el precio de Las Meninas en 250 millones de dólares (unos 216 millones de euros).
Pero, ¿Cómo se valora el precio de una obra de ‘valor incalculable’? Al igual que para calcular el precio de un seguro, el valor de una obra de arte dependerá de muchos factores diferentes, especialmente si tenemos en cuenta que «el arte es un bien que puede revalorizarse y devaluarse dependiendo de las circunstancias del mercado«. En el caso de una obra de ‘valor incalculable’, como pueden ser las joyas robadas del Louvre o las Meninas, «su valor tampoco puede fijarse con ninguna fórmula estática, sino que se determina por una combinación de factores».
Por ejemplo, a la hora de tasar una obra de arte se tiene en cuenta la autenticidad y procedencia de la obra (una obra certificada y con documentación de procedencia sin duda alcanzará precios más elevados que otro cuadro en proceso de autenticación), o la calidad de la técnica y materiales. Pero también la propia reputación del artista, el propio «currículum de la obra» (su procedencia y relevancia cultural e histórica, si se ha prestado en otras ocasiones, etc), así como su estado de conservación.
¿Y si robaran ‘Las Meninas’? Así se aseguran y protegen las obras de arte de valor incalculable
El domingo 19 de octubre de 2025, el Museo del Louvre en París fue escenario de un robo digno del mejor guion cinematográfico, cuando un grupo de al menos cuatro hombres ejecutó un atraco relámpago contra la conocida galería de la corona, la Galerie d’Apollon.
Los ladrones llegaron al museo disfrazados de trabajadores y utilizaron un camión de mudanzas con montacargas en la calle anexa para acceder a un balcón en la fachada, forzando una ventana con una amoladora y accediendo al interior del recinto. En apenas cuatro minutos y menos de ocho en total, lograron sustraer ocho valiosas piezas de joyería.
Las joyas robadas incluían tiaras, collares y pendientes vinculados a figuras históricas como la emperatriz Eugenia, la reina Hortense y María Luisa de Austria y fueron valoradas en unos 88 millones de euros por el Ministerio de Cultura francés. Más allá del valor económico, se trata de piezas de gran importancia patrimonial e histórica, lo que intensifica el impacto del robo.
Pocos días antes la policía española abría una investigación tras la desaparición del cuadro Still Life with Guitar (1919), atribuido a Pablo Picasso, valorado en aproximadamente 600 000 euros.
La obra iba en una furgoneta junto a otras 56 piezas prestadas desde Madrid con destino a una exposición en Granada, y fue descargada en el centro cultural el 3 de octubre; sin embargo, no se descubrió su ausencia hasta el lunes siguiente, cuando se procedió a desembalar los paquetes y se constató que esa caja faltaba.
El robo en el Louvre y la desaparición del Picasso deja muchas dudas, pero entre otras, cómo se valoran obras históricas irrepetibles y cómo se aseguran este tipo de piezas por si son robadas o dañadas, no solo en su lugar de exposición, sino por ejemplo, durante un traslado o de una muestra temporal.
Eva Peribáñez, directora de la división de Arte y Clientes Privados en la aseguradora Hiscox España, resuelve algunas de esas dudas. «Ante todo, debemos tener en cuenta que cada obra de arte es única, al igual que cada cliente, museo o galerista, por lo que no existe una cifra estándar» a la hora de asegurar una obra.
«Para asegurar cualquier pieza, es necesario realizar un estudio individualizado y personalizado para diseñar una póliza adaptada a las necesidades de cada caso. Y de este modo, garantizar de este modo una cobertura integral», añade.
Pero, ¿cuánto puede costar asegurar una obra de arte de alto nivel? Pues el precio de un seguro no viene únicamente determinado por su valor, sino también por «una serie de factores que definen su nivel de riesgo». Entre ellos, el tipo de obra, pues «no será lo mismo una joya de la Corona francesa que una colección de pintura«, el espacio donde se conserva, como «una pequeña galería frente a un gran museo como el Louvre», su estado de conservación, la frecuencia con la que se transporta y su propia fragilidad.
Las piezas de los grandes museos suelen estar protegidas por mecanismos estatales, como la llamada Garantía del Estado, un sistema de seguro público por el que el Estado asume el compromiso de proteger Bienes de interés cultural. En caso de daño, es el Estado quién responde por su restauración.
Este sería el caso, por ejemplo de la pintura sobre Colón dañada por unos activistas en el Museo Naval de Madrid hace unos días, «sin embargo existen muchos otros que requieren de protección adicional en caso de incidentes», explica la experta de Hiscox España.
Para estos casos, «una póliza especializada de arte como la de Hiscox, es la que se encargaría de cubrir todos los riesgos a los que se exponga la obra, tanto si son realizados de manera involuntaria como si son resultado de un acto vandálico». De hecho, estas pólizas a todo riesgo contemplan, no solo la restauración de la pieza, «sino también la pérdida de valor que sufra la misma a consecuencia del daño».
Ahora bien, cabe destacar que, si bien la Garantía del Estado se hace cargo de las obras de las colecciones permanentes de los museos, no siempre ocurre lo mismo con las obras que llegan a los museos para exposiciones temporales. En estos casos, «los museos también suelen recurrir al Seguro para proteger las obras temporales durante el tiempo que las albergue.
En este tipo de casos, es fundamental contar con coberturas «a todo riesgo». Estas suelen incluir no solo la obra en sí, sino también los elementos que la componen como marcos, peanas o incluso cristales de seguridad. Sin embargo, para poder asegurar estas piezas, «es imprescindible garantizar unas condiciones de conservación adecuadas, ya que estas pólizas pueden excluir daños derivados de una conservación inadecuada, como polvo, humedad, moho, exposición solar o contaminación ambiental».
Aunque aquí hay que tener en cuenta un matiz, ya que «si la exposición temporal es de gran calado, el Estado puede decidir incluirla dentro de su Garantía«.
Pongamos un ejemplo, una obra de arte icónica de nuestro país: Las Meninas, deDiego Velázquez (1656). Asegurar una gran obra como las Meninas para una supuesta exposición temporal (algo prácticamente impensable), dependerá de múltiples factores. En primer lugar, del propio valor de la obra. Si bien históricamente a Las Meninas se le han asignado distintas tasaciones, «actualmente se trata de un valor incalculable, ya que forma parte de la colección permanente del Museo del Prado. Por ello, aunque con ello partiríamos de una cifra muy elevada, sería necesario realizar una tasación específica», hace ver Eva Peribáñez.
Las Meninas se valoraron en 1665 (en el inventario tras la muerte de Felipe IV) en 16.500 reales (difícil de convertir a moneda actual, pero teniendo en cuenta diversos marcadores, entre los 800.000 y 1.500.000 euros). Este mismo año, la revista Time Out, en un artículo sobre pinturas famosas, estimaba el precio de Las Meninas en 250 millones de dólares (unos 216 millones de euros).
Pero, ¿Cómo se valora el precio de una obra de ‘valor incalculable’? Al igual que para calcular el precio de un seguro, el valor de una obra de arte dependerá de muchos factores diferentes, especialmente si tenemos en cuenta que «el arte es un bien que puede revalorizarse y devaluarse dependiendo de las circunstancias del mercado«. En el caso de una obra de ‘valor incalculable’, como pueden ser las joyas robadas del Louvre o las Meninas, «su valor tampoco puede fijarse con ninguna fórmula estática, sino que se determina por una combinación de factores».
Por ejemplo, a la hora de tasar una obra de arte se tiene en cuenta la autenticidad y procedencia de la obra (una obra certificada y con documentación de procedencia sin duda alcanzará precios más elevados que otro cuadro en proceso de autenticación), o la calidad de la técnica y materiales. Pero también la propia reputación del artista, el propio «currículum de la obra» (su procedencia y relevancia cultural e histórica, si se ha prestado en otras ocasiones, etc), así como su estado de conservación.
20MINUTOS.ES – Cultura
